La Terapia Ocupacional es «la disciplina sociosanitaria que evalúa la capacidad de la persona para desempeñar las actividades de la vida cotidiana e interviene cuando dicha capacidad está en riesgo o dañada por cualquier causa. El terapeuta ocupacional utiliza la actividad con propósito y el entorno para ayudar a la persona a adquirir el conocimiento, las destrezas y actitudes necesarias para desarrollar las tareas cotidianas requeridas y conseguir el máximo de autonomía e integración». Definición dada por la A.P.E.TO (Asociación Profesional Española de Terapeutas Ocupacionales)
Es decir, el objetivo es la autonomía personal. Las actividades de la vida diaria son aquellas que permiten satisfacer nuestras necesidades: de cuidado personal y de relación con nuestro entorno. Se consideran un tipo de ocupación y por ello se entienden como actividades significativas para la persona: cada individuo quiere ser tan independiente como le permitan sus posibilidades; por consiguiente realizar con éxito estas ocupaciones son fuente de satisfacción y de autoconcepto como ser competente. A lo largo de la infancia se va adquiriendo independencia paulatinamente de acuerdo a las demandas del entorno.
Y las actividades en el niño son:
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Alimentación
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Aseo e higiene
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Vestido
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Sueño
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Socialización y comunicación
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Actividades escolares
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Juego y ocio
El terapeuta ocupacional interviene cuando no se puede participar con éxito en las actividades de la vida diaria, mejorando los componentes que fallan para que se dé esa participación y, si es necesario, adaptando el entorno. El desempeño ocupacional del niño puede estar afectado por dificultades físicas, madurativas, sensoriales, de atención y/o de aprendizaje.
Particularmente, en la ámbito escolar los objetivos se centran en favorecer el proceso educativo:
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Mejorar el control postural para que el niño/a mantenga las posiciones corporales a lo largo de las tareas escolares.
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Procesamiento sensorial: respuesta adecuada a los distintos estímulos del entorno, nivel de alerta estable.
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Praxis: aprender habilidades motoras nuevas en un periodo de tiempo razonable, realizar tareas motoras bajo orden verbal o demostración física.
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Motricidad fina, percepción visual e integración de ambas: manejo de tijeras, lápices, pinceles, juguetes… escritura.
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Actividades de la vida diaria
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Juego social y organización de la conducta
El terapeuta se preocupa de que haya una correspondencia entre las destrezas y habilidades del niño/a y lo que se le demanda desde la escuela, ayuda a entender a padres y profesores si existe desajuste, en qué medida y trata de dar pautas para suplirlo.
Fuente: Web de Terapeutas Ocupacionales